sábado, 4 de octubre de 2014

IMPACTO ECONÓMICO


En el año 2000 los miembros de CARICOM tenían una estructura económica poco diversificada y por ello son incapaces de producir la mayoría de los bienes de capital y de consumo requeridos para el funcionamiento y expansión de la economía. Por ello dependen de las importaciones en gran medida, incluyendo bienes esenciales como alimentos que representan una importante proporción de las mismas. Por tanto la obtención de divisas convertibles es un elemento crítico para el crecimiento e incluso el normal funcionamiento económico. 



Si a la alta dependencia económica externa, la relativa pequeñez de los mercados y la fragmentación económica -debido en forma remarcada al insuficiente desarrollo del transporte y las comunicaciones intra-Caricom sumamos la enorme fragilidad ante desastres naturales tales como huracanes, y tormentas tropicales que causan extensas inundaciones y vastos daños, por el viento, alternados con pronunciadas sequías que hacen del agua un recurso escaso en casi toda la región, llegamos a la conclusión que nos encontramos ante naciones extraordinariamente vulnerables. Como vía principal de enfrentar y superar estos problemas de modo unido -se considera que por separado sería muy difícil e improbable- se ha escogido a la integración regional, la cual se supone debe servir de catalizador para alcanzar el crecimiento sustentable de la economía, permitiendo la expansión de los mercados, la armonización de la estrategias de producción y el desarrollo de economías de escala. De la integración también se espera que sirva de instrumento para promover el crecimiento industrial, estimular las inversiones en nuevos sectores, diversificar y especializar las producciones y exportaciones.

http://www.nodo50.org/cubasigloXXI/economia/coll1_310503.pdf 



Sabemos que uno de los grandes impactos que se ha causado a la economía a nivel mundial es el proceso de el desarrollo de la globalización, ya que se viene presentando desde principios de este decenio ha generado varios cambios, los gobiernos han estado creando acuerdos legales e institucionales, tales como la organización mundial del comercio (OMC), necesarios para apoyar el fenómeno de la globalización de la cual hacen parte los miembros de CARICOM viendo grandes cambio en la estructura como los avances en la tecnología de las comunicaciones, finanzas e inversiones y organización corporativa, han impulsado aún más el proceso.


La OMC y como parte de sus propios esfuerzos por lograr una mayor integración económica entre sí, han adoptado políticas que promueven su integración a la economía mundial. El propósito del presente artículo es destacar el desarrollo de la Comunidad del Caribe (CARICOM) y en particular de su sector agrícola, en el contexto del proceso de globalización.


CARICOM, que en 1973 contaba con cuatro Estados Miembros contratantes, es una comunidad constituida actualmente por 15 miembros, incluyendo los estados continentales de Belice, Guyana y Surinam, 11 estados insulares y su más reciente adición, Haití, que comparte la Isla de La Española con la República Dominicana. Sin embargo, la Comunidad constituye una región muy pequeña dentro de la economía mundial; su población es de aproximadamente 13,8 millones, menos del 0,25 por ciento de la población mundial, y en 1997 su producto interno bruto (PIB) fue cercano a los US$23 mil millones, es decir, menos del 0,01 por ciento de la producción mundial. Las economías de los Estados Miembros de CARICOM se caracterizan por ser pequeñas y abiertas.


http://webiica.iica.ac.cr/comuniica/n_14/espanol/art.asp?art=2

Crecimiento del PIB 2002 2006



http://www.gloobal.net/iepala/gloobal/fichas/ficha.php?entidad=Textos&id=5020&opcion=documento


La mayor parte de los países del Caribe son altamente dependientes del sector turístico, lo que se refleja en la influencia del sector sobre: Los ingresos de la Balanza de Pagos, la generación de empleo, la contribución al PIB, y el papel en la recepción de inversiones, en virtud de su aporte a la generación de divisas. Sin embargo, dicho sector ha mostrado, tradicionalmente, un importante carácter pro cíclico, y ha sido altamente dependiente del comportamiento de variables externas, reforzando la vulnerabilidad de sus bases económicas.

En los últimos años, el repunte del sector de la construcción ha estado explicando parte del crecimiento de PIB, asociado a las actividades relacionadas con la Copa Mundial de Críquet y a la recuperación tras la emergencia de desastres naturales, entre otros. Como parte de los preparativos de este evento, se han continuado realizando obras destinadas a renovar y reconstruir instalaciones deportivas, así como, ampliar y mejorar la infraestructura turística. No obstante, existen importantes reticencias en cuanto al dinamismo de este sector como impulsor del crecimiento en un período post Críquet, teniendo en cuenta que este es, también, altamente propenso a cambios en el ciclo económico.


El sector externo del Caribe, en los últimos 3 años, se ha visto estimulado por la favorable evolución de los términos de intercambio. Sin embargo, este comportamiento subregional responde, básicamente, al peso de Trinidad Tobago, dentro de las exportaciones totales de CARICOM. Excluyendo a este país (exportador neto de petróleo), los principales productos exportables del resto del área caribeña han mostrado un escaso dinamismo. Esta situación ha deteriorado el déficit comercial de la mayoría de las naciones de la CARICOM, dada su condición de importadores netos de petróleo, y ha impactado negativamente en las condiciones de endeudamiento externo.

En este contexto, la progresiva erosión de preferencias, en el marco de acuerdos comerciales, especialmente, con la Unión Europea, tendrá importantes implicaciones para las exportaciones totales de la región. Esta situación impone retos significativos para el sector externo caribeño, y alerta sobre la necesidad urgente de su reestructuración desde una visión no sólo nacional, sino, fundamentalmente regional. Así, las escasas capacidades individuales para hacer frente a una reestructuración del sector transable invitan a la búsqueda de alianzas regionales sobre estos temas.

Por otra parte, aún cuando no se cuenta con detalladas cifras subregionales sobre las remesas, se estima que estas continúan siendo importantes flujos de entrada para las naciones caribeñas, especialmente para países como Granada, Guyana, Jamaica y Haití (CEPAL, 2006).

Por otra parte, la situación de la deuda externa continúa siendo un grave problema para las economías caribeñas. Desde el 2002 y hasta 2006, la relación Deuda Bruta Total/PIB, ha registrado promedios anuales de alrededor del 105% en los países de la CARICOM. En la actualidad, la subregión registra los mayores niveles de este indicador en la región latinoamericana 42% respectivamente (CEPAL, 2006).





http://www.gloobal.net/iepala/gloobal/fichas/ficha.php?entidad=Textos&id=5020&opcion=documento




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